En dos ocasiones, el Libro de los Juegos de Ajedrez, Dados y Tablas representa al Rey Alfonso X jugando al ajedrez. Lo identificamos pues, aunque no lleva corona, cubre su cabeza con bonete de leones y castillos. El texto no identifica al Rey Sabio, ya que como es usual en el Libro del Ajedrez, no se hace alusión alguna a los personajes representados. Pero en las dos miniaturas que aparecen seguidas en el códice, se contraponen los dos tipos de amores que han destacado los biógrafos de don Alfonso:
Por un lado el amor delicado y romántico, representado en el folio 47 v, en donde el rey Sabio, sentado indolentemente en la intimidad, juega con una joven dama de aspecto recatado y muy tierno, podría tratarse del gran amor de su juventud, doña Mayor Guillén de Guzmán, de la que tuvo un hijo antes de su matrimonio.
Y por otro, el amor erótico y descarnado representado en el folio 48r, en donde el Rey Alfonso aparece visto en la madurez y, aunque no juega directamente, observa a dos mujeres escotadísimas y de ropas transparentes que aparecen situadas a ambos lados del tablero. El monarca levanta la mano y señala el tablero de juego. Censores posteriores han frotado los escotes de las señoras y el resultado es aún más equívoco, pues parece como si don Alfonso hubiera sido pintado tocando los senos de la jugadora que se encuentra a su lado.